Imperiofobia

He terminado recientemente de leer el libro Imperiofobia y leyenda negra, de Elvira Roca Barea. Da mucho que pensar sobre el mundo en el que vivimos ahora. A pesar de lo largo que es (me parece que con menos de la mitad era suficiente), le he puesto cinco estrellas muy merecidas.

Aunque el pasado y la historia no se pueden cambiar, sí que se puede cambiar el relato, la forma de contarlo o, directamente, contar mentiras y elegir qué hechos se cuentan y cuáles se omiten. Esta es una idea muy importante y que siempre será de plena actualidad. Por eso, y esto es mío, es importante informarse bien para entender bien lo que pasa.

No voy a contar mucho del libro, que se centra en cómo España fue un imperio durante tres siglos, objetivamente lo mejor del mundo en ese momento y cómo, sin embargo, la propaganda de los bandos contrarios e incluso dentro de la propia España se han dedicado a alterar la percepción que tenemos de la historia (principalmente escrita y falseada por anglosajones protestantes).

Es uno de los libros con los que más cosas interesantes he aprendido. Por ejemplo, que la propaganda y la difamación política tienen su origen (tal y como la conocemos ahora) en los Orange neerlandeses, que la utilizaron en cierto modo para desviar la atención de las guerras civiles que ocurrían en sus territorios mientras los españoles andábamos por allí. O cómo Francia, en su incapacidad de crear un imperio propio, se autoproclamó élite cultural y acusó a españoles y, sobre todo, a rusos de estar sin civilizar. O cómo una de las grandes diferencias entre los españoles y los ingleses ha sido que los países bajo dominio español fueron grandes mientras estuvieron bajo dominio español mientras que los países bajo dominio inglés sólo han sido grandes una vez los ingleses se han ido (o han sido echados, más bien), con el ejemplo más claro de Estados Unidos. O cómo la armada invencible no supuso realmente un problema para el imperio español, que siguió dominando los mares; de hecho los ingleses contraatacaron con una armada aún mayor y perdieron (esto no se estudia) y España siguió comerciando con América.

Pero la idea que más me gusta del libro es una idea muy simple. La idea de que un imperio es algo extraordinadio. No es posible extenderse y replicarse por el mundo, incluyendo (sí, incluyendo, no destruyendo) nuevos pueblos en un imperio si formar parte del imperio no es mejor que no formar parte. Esto no es habitual en la historia, no es colonialismo, y es, como digo extraordinario. Si el imperio español duró tres siglos es porque, como el romano, era mejor para los pueblos ser español que ser otra cosa.

Un buen libro.