Homeland es ficción
Hoy he visto el último capítulo de Homeland. Y me ha gustado. Creo que le han dado un final adecuado a la serie. No sé cómo de plausible, creo que poco; aunque cuando se ven cosas como esta, a uno le entran dudas. La señora de ese vídeo fue “chief of disguise” de la CIA y su marido es el personaje que interpreta Ben Affleck en Argo.
Esta última temporada transcurre en Pakistán. Pakistán tiene sus líos internos, luchas de poder, talibanes, etc. y en esas el presidente americano y el pakistaní mueren en un accidente de helicóptero, cosa indemostrable sin la caja negra. Tan poco plausible es lo del accidente, que los talibanes se atribuyen falsamente el atentado no existente y comienza una escalada de violencia que puede desencadenar una guerra.
Carrie va por libre, medio recuperada de su estancia en Rusia, y sigue la pista de la caja negra del helicóptero a espaldas de la CIA, pseudo apoyada por Saul (“national security advisor”) y colaborando con Yevgeni Grumov. Encuentra la caja tras pagar un millón de dólares por ella, escucha que efectivamente fue un accidente… y Yevgeni Grumov se la roba y se la quedan los rusos.
Los rusos dicen que no la tienen, aunque Carrie hace un pacto con los rusos: la darán a cambio de revelar la identidad del informante que existe en el gobierno ruso, controlado por Saul. Así que Carrie descubre que efectivamente esa persona existe, a pesar de que Saul lo niega. Sabe que es la directora de la una escuela militar que había en Berlín en 1986 pero se ha perdido la documentación y no saben el nombre.
Así que Carrie mata a Saul. Pero no lo mata (ella creía que sí). Va a casa de la hermana, descubre la identidad de la espía en cuestión, que ahora es intérprete en Naciones Unidas de la delegación rusa. Los rusos se enteran y, antes de que puedan atraparla, ella se suicida… ayudada por Saul.
Los rusos cumplen su parte del trato, dan una rueda de prensa, desvelan el contenido de la caja y la guerra termina.
Pasan dos años y se ve a Carrie viviendo en Moscú con Yevgeni Grumov. Ahora es ella la espía americana en Moscú que se comunicacon Saul.
Me parece un buen final. No sé cómo de plausible es la historia pero cierra bien el desarrollo de los acontecimientos.
Lo que no queda muy claro, queda así difuso en la serie, es que los americanos son tan malos como los rusos. Después de leer Winter is coming tengo muy claro de que la relativización moral que se hace de los males de los rusos (y, añado yo, de los chinos), no es buena para occidente. Es lo único que no me ha gustado, los americanos no son ni mucho menos tan malos como los americanos; son peores.
Dicho todo esto, y sabiendo que la serie es ficción, es una serie excelente que recomiendo a todo el mundo. Todas las temporadas son muy buenas (mi favorita diría que la segunda), y, además, la han cerrado muy bien.